Seguidores

domingo, 13 de marzo de 2011

.

Inconsciente, desapercibida. Una respiración pausada y plenamente tranquila, un aliento algo frío que llega al rostro. Unos dedos que han quedado enredados en el pelo, ahora quietos, ya dormidos. Una piel que roza el brazo, una piel suave que roza el brazo. El cuerpo dormido se remueve de tanto en tanto, sobresaltando otro que queda despierto, expectante y observador. Sobresaltado ante un constante contacto. Observa los ojos cerrados, tiene miedo a que se abran sin previo aviso. El brazo extendido hacia arriba contrae la mano en un impulso, sobre el pelo enredado. El otro cuerpo respira fuerte con la boca entreabierta. Y, como no, la lágrima brota al fin de la laguna de sus ojos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario