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martes, 30 de abril de 2013

"Que nadie os robe vuestros deseos."

Todos hemos oído hablar y hemos visto algún candado en un sitio "especial", pero verdaderamente, ¿qué quiere demostrar esto? Todo surge por la novela "tengo ganas de ti", que relata cómo un joven enamorado convence de su amor a una mujer con una leyenda inventada en la que los novios colocan un candado y una cadena en el tercer farol del lado norte del puente Milvio (Roma), y después de cerrar el candado tiran la llave al río Tíbet. 
Tras esta novela nace el mito en muchos puentes de miles de sitios, traspasado a escaleras, farolas, dónde los enamorados dejan sus candados. Normalmente en el candado se escribe una frase de amor: "amor eterno", "siempre juntos" o los nombres o iniciales de la pareja. Con este gesto, se quiere dejar constancia ese amor que durará por siempre, de ahí que se cierre el candado y se tire la llave al río, es una metáfora de la ETERNIDAD.
En España, se pueden ver estos candados en multitud de sitios como: Orense, BENIDORM, Sevilla... 
Yo tengo el mío, y tu? ;)

viernes, 26 de abril de 2013

Carta de primavera.

Cada vez que nos encontramos como dos animales, nace un sueño que soy incapaz de rastrear.
La inspiración vuelve, pero tú eres más veloz que el resto del ciento volando.
Con el tiempo he conseguido amontonar granos de arena y convertirlos más tarde en montañas de rencor.
Llegamos al bar a la vez pero siempre abandona uno antes.
Sinceramente, ya no hay forma de diferenciar el dolor de ciertas discografías, no tengo canción. Tú eres mi nostalgia favorita.
Podría empezar desde el principio, pero no. Desde la sinceridad.
Ojalá no dar nada por sobreentendido. Ojalá haya respuestas. Ojalá lo de pasar página. Ojalá.
Pasar página, que en realidad es continuar escribiendo pero sin hacerlo encima. Estuve pensando y los árboles se hicieron libros. Ahora no sé en qué bosque nos besarán las flores los pies.
Soy un borrón de tinta, en esa novela que escribimos para tener algo tras lo que puedas esconderte cuando quieras volver a verme.

Cómo pasar página si ocupas siete.

Que te quiero no es novedad. Deseo más bien, pero no te tienes en pie conmigo. Desinterés supongo. Y ya no hablemos de cómo vas a apoyarte en mí si siempre estoy a punto de caerme.
Te cumples cada vez que pido un deseo. Pero. La lámpara desaparece y me quedo insegura, a oscuras en un bosque de árboles, que después serán libros llenos de frases escritas por otras manos a las que les dedicaré otros libros que seguirán hablando de ti.
Y tú tan indiferente, paseando por los sueños de cualquiera, te despides de tal compostura que dan ganas de borrar todo.
Por si tu aun no lo sabes, no se si podré quedarme, aunque tu tampoco me lo pides.
Solo hay un paso.
El que tu estés dispuesto a dar.