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sábado, 29 de octubre de 2011

Lo peor de la distancia es que nunca sabes si la otra persona te está extrañando o te está olvidando.

viernes, 28 de octubre de 2011

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           Nunca fuistes invisible;
Yo estaba ciega.

miércoles, 26 de octubre de 2011

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Es difícil aceptar la verdad, cuando esa mentira era todo lo que querías oír.

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A veces me pregunto si sigue existiendo algo absoluto, ¿existe aún lo verdadero y lo falso?, ¿lo bueno y lo malo?, ¿la verdad y la mentira? O tal vez, todo es discutible dejado a la interpretación. A veces nos vemos obligado a forzar la verdad, a transformarla, pero nos encontramos con cosas que nos supera, y en ocasiones, las cosas simplemente nos desplazan.

martes, 25 de octubre de 2011

No pierdas tu rumbo.

Todos en algún momento perdemos el rumbo. En ese momento desesperado tienes que elegir una dirección, ¿lucharás por seguir en el camino?, ¿te dirán otros quien eres?, ¿o tu mismo te pondrás la etiqueta?, ¿te atormentará tu decisión?, ¿o seguirás el nuevo camino?
Cada mañana tienes que elegir entre seguir adelante, o abandonar. 

domingo, 16 de octubre de 2011

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Tal vez algunas personas nunca lleguen a rozar sus sueños. Nunca llegarán a saber qué se siente al hacerlo, el encontrar eso que realmente quieres, o incluso poder hacerlo el resto de su vida. ¿Entonces es una tragedia que te hayan quitado tu sueño? No. La tragedia sería estar en la cama despierto por la noche, preguntándose: ¿qué pasaría si…?

miércoles, 12 de octubre de 2011

Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?


¿Preocuparse? Si, pero hasta la medida justa.
Limitar las preocupaciones debe de ser una línea de trabajo a seguir. Tan lamentable es preocuparse exageradamente por todo, como no preocuparse absolutamente por nada. Partiendo de la base de que todos tenemos problemas, el peso final que tengan los mismos sobre nuestro ánimo, dependerá más que nada de la percepción que tengamos sobre ellos.
Hay actitudes optimistas para los que una situación adversa no es más que la oportunidad declarativa de probar su talla para superar las cosas y actitudes pesimistas que en parecida circunstancia se desaniman y ceden. No se puede exigir a nadie ser un héroe y permanecer íntegro y completo ante los problemas, pero tampoco por ello se puede ser comprensivo con la cobardía. Fortaleza y energía ante todo y tratar de ver oportunidades incluso en lo que sólo parezcan desgracias.
Si has perdido, bajado, caído. Si te has derrumbado o has sido expropiado recientemente de algún sueño o privado de alguna querida y entrañable ilusión, no te preocupes tanto. Subirás, te levantarás, te volverás a construir y volverás a soñar y a experimentar, porque así es la vida y es una verdad inmutable, aunque ahora todo te pueda parecer nefasto.

lunes, 10 de octubre de 2011

Odio.


Quien trata de vivir positivamente comprende pronto que el odio es un limitador de felicidad. Que es imposible ser feliz cuando guardamos rencor hacia alguien; mantenemos un malestar constante por lo que nos hicieron (aunque hayan pasado años) o estamos planificando el mal continuamente para compensar la deuda.
Lo malo del odio es que en él no hay posibles matices. La humillación recibida nos resulta incuestionable y cualquier opinión ajena que contradiga eso que pensamos, será rápidamente descartada, cuando no quemada en la hoguera y enlazada con rabia, extendiendo así el odio a todo aquel que no lo encuentre justificado: "¡Vete!, si no piensas como yo."
El odio desea destruir la fuente de la infelicidad. No transformarla en otra cosa, como por ejemplo el perdón y el olvido, sólo aniquilarla. Se desea el mal a quien consideramos que nos ha causado mal y en vez de permitir que la vida haga su trabajo, creo que siempre lo hace, se pretende restablecer por parte de quien odia la justicia y el equilibrio y ajustar cuentas como modo de sentirse artificialmente mejor.
El odio es como el amor invertido. Y es cierto que en la vida comprobaremos en muchas ocasiones aquello tan usual de que odio y amor son vecinos, y que basta cruzar una pequeña línea, para que el uno se convierta en el otro y quizás el otro en el uno. ¿El amor fuente de odio o el odio fuente de amor? No sé, pero si sé que el amor combinado con odio es más poderoso que el amor ... o que el odio.

sábado, 8 de octubre de 2011

Sigue tu intuición.


¿No lo habéis sentido alguna vez? Es como una especie de "flash" que de repente irradia para indicarte una determinada dirección a seguir. No sabes qué lo provoca ni de qué lugar proviene, pero algo dentro de ti te pide que le hagas caso. El nombre que le demos a esa revelación es lo de menos, aunque comúnmente el término más difundido es intuición.
Creo que está basado en toda nuestra experiencia vital y es el resultado de todo el conocimiento que hemos ido acumulando a lo largo de los años.
Definida en el diccionario como la facultad de comprender las cosas instantáneamente -sin necesidad de razonamiento-, la intuición es de gran ayuda, si confiamos lo suficiente y nos dejamos guiar por ella, cuando se nos aparece tan transparente que no puede ser otra cosa que el anticipo de la verdad.
Generalmente, la intuición suele plantear un conflicto terrible contra la razón, porque la intuición tiene la particularidad de señalarte caminos poco transitados, muy arriesgados o más allá, y en algún caso, casi suicidas. Sin embargo, seguir su rastro te hace llegar a otra dimensión; al lugar en el que ocurren las cosas más grandes y en el que la lógica no tiene cabida. Con intuición se hacen los grandes descubrimientos, las mayores conquistas y se obtienen los mayores triunfos. Eso si, hay que estar dispuesto a asomarse por un instante al abismo y esquivar a la racionalidad, que siempre procurará que esa puerta permanezca bien cerrada.
Sigue tu intuición, sea porque a veces no te quede otra opción o por el puro placer de ir tras ella. La intuición vive, según me han dicho, cerca del corazón, y ya sabes que el corazón nunca se equivoca. Lo sabes, ¿no?

martes, 4 de octubre de 2011

¿Cuánto necesitamos para ser felices?


Quiero decir: ¿con qué cantidad de amor, dinero, aventura, pasión, etc, nos daríamos por satisfechos? ¿En qué preciso momento estaríamos preparados para decirnos: No deseo más, porque soy feliz con lo que ya tengo?
Ciertas personas han establecido un "algo" concreto que les frenará, al alcanzar la felicidad anhelada. Es tal su claridad al respecto, que podrían apreciar su volumen, determinar su forma, establecer su peso y tasar su precio. El dilema para ellos, me temo, no será tanto en si alcanzarán o no aquello con lo que sueñan, sino cuánto tiempo pasará antes de comprender que la felicidad es intangible por naturaleza, y nunca tendrá la forma que imaginaron.
No sé si la felicidad se puede explicar; creo que es más fácil razonar su ausencia. Sin embargo, si algo parece demostrado es que la persecución incesante del poder, de la riqueza o de la fama, lo que se llama ambición, no la conceden, y que nadie se conforma o se resigna. La satisfacción de poseer lo que es más que justo para vivir, parece que si es una vía para obtenerla.
Quien todo lo quiere, todo lo pierde, y la pasión incontrolable por el logro de bienes nunca tiene fin, siendo prisioneros de ella hasta el final, puesto que nada será jamás bastante. Algún día en el que nos sintamos especialmente avispados, volveremos la vista atrás y verificaremos que no valió la pena haber sacrificado tanto, a cambio de la apariencia de una gloria tan fugaz como vacía.