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martes, 10 de diciembre de 2013

Como si la velocidad hiciera carretera.

Hoy tengo ganas, pero no ganas de ganar, sino de perder. De perderme en ti o contigo, o de perder contra ti. Yo que sé.

Y me pregunto, ¿cuántas canciones habrá de tu habitación a la mía? Cuántas ganas de transformar el mundo caben en un libro que nadie se arriesga a escribir en tu ausencia de besos.

Por eso tomo este atajo, porque la velocidad de lo nuestro siempre fue igual a tus ganas de correr. Me despido porque me dijiste adiós en el primer beso; el hecho de quererme siempre te supo a derrota y solo ganamos en relatos trágicos para aquel que quiera leerlos en nuestros imposibles.

Quizás si no hubiese puesto tanto empeño en odiarte, o tú tantos ceros en enamorarte; yo me habría dado cuenta de que no había mejor forma de morir y tú ya habrías perdido la cuenta.

martes, 3 de diciembre de 2013

Nos encontramos donde las dudas se cruzan con las ganas.

¿Cómo voy a darte una excusa? Si es Lunes y la tarde está cargada de desperdicios y además, apesta a fracaso propio. Mis manos tiemblan como corazones que se desgastan con el tiempo y llevo las uñas mal pintadas. Dichosos encuentros, ¿quién los idearía? Tienen el roce de la ropa calada y se arrugan al palparse con la piel. Cuando me escribiste no medité que... Cuando me escribiste no medité; porque tu cariño, contacto, roce, era de urgente necesidad. Así que aparecí en tu casa. Borracha, pidiendo la rehabilitación del vacío. Por eso entré en tu boca, como en una nube, sin nada más que el empuje del recuerdo de nuestros días de cerveceo. Por eso me acogiste, memo. Por eso abriste tus brazos, como el que obtiene lo que tanto echa de menos; por eso te abalanzaste sobre mi cuello, como quien engulle con ansia y vorazmente su presa. Cómo puedes pedirme cuentas con la de besos que me debes, con el miedo que tengo de simplemente no poder saborearte lo suficiente... Cómo puedes pedir limosna al pretexto de mis cicatrices. Fue por eso y no por el frío. Por eso nos desnudamos sin acatamiento y nos devoramos sin prudencia. Por eso salí descalza, mientras tu te hacías el adormilado. No puedo darte excusa para engañarme, si ya eres mi artimaña. Si he tenido que ir a buscarte para pedirte de una puta vez que estabilices estos kilos nostalgia con gramos de polvo en nuestra atmósfera.

jueves, 17 de octubre de 2013

Dieciséis.

Mi abuela me dijo una vez, que los sueños no son difíciles de cumplir, sino que las personas son incapaces de llegar hasta el final, y se van conformando por el camino con cosas menores, que también les hacen felices.

Que la plenitud es efímera, y uno de los sentimientos más preciosos y menos duraderos.

"Vive buscando la plenitud, niña.
Y no te conformes en el camino con opciones que te va dando la vida.
Tú ten claro y nunca olvides quién eres y lo que quieres realmente."


~Dieciséis veces dieciséis.

sábado, 24 de agosto de 2013

Des-pídeme.

Mi propósito de septiembre es dejar de fumar en todos los sitios donde tú jamás me lo hubieses permitido. Tirar la piedra y gritarte con las manos en alto que avanzar en la vida es tan importante como pararse a mirar lo que se tiene al lado. Me busco los porqués a latigazos y a base de no encontrarlos termino asfixiándome.
Cómo te crees que edifiqué si no este muro de las justificaciones: con los trazos destrozados de las casualidades que nos unían.
Que todo lo cruzas sin pedirme permiso y en rojo.
Seguirte queriendo,
aposta,
consciente,
aunque no me lleves a ninguna parte debe ser lo más inútil que he hecho. La incomodidad de todo el que pregunta qué es de mí mientras yo no puedo señalarte. El maldito esfuerzo del paso del tiempo por volarme. Tengo el desgaste del que posee el conocimiento de que a una hora le sucederá otra. Así también en las semanas y en los agostos. Y nosotros seguiremos aquí esperando nada.
El diálogo del entorno violento.
Eso y leer las antologías de tu risa sin llegar a percibir que yo era un capítulo pero tú eras el libro. Porque soy sólo un avión contra el cielo, estrellado porque los deseos se piden a la cara y no a las estrellas.
Porque al que le guste jugar con peonzas de colores debería preguntarles alguna vez cómo están de mareadas.
Que al final cansa más no moverse de un sitio que hacer un maratón donde la meta es el final del túnel. Hagas lo que hagas en el fondo me da igual ya, siempre tuviste buena puntería. Y yo he vuelto a meter el dedo en la herida.
Que si pides sólo lo que te dan estás regalando aprobación.
Así que pídeme, lo que quieras.
O mejor despídeme.
Y ojalá nunca te des cuenta.

lunes, 22 de julio de 2013

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Hay algo que la fotografía a color jamás podrá captar,
y eso es la esencia de las cosas.
Dicen que cuando quieres conocer a una persona debes sacarle una foto en blanco y negro,
no te distraerás por los colores y sabrás encontrar lo que andas buscando.

Yo siempre te vi en blanco y negro.
Era lo que más me gustaba de ti.

martes, 30 de abril de 2013

"Que nadie os robe vuestros deseos."

Todos hemos oído hablar y hemos visto algún candado en un sitio "especial", pero verdaderamente, ¿qué quiere demostrar esto? Todo surge por la novela "tengo ganas de ti", que relata cómo un joven enamorado convence de su amor a una mujer con una leyenda inventada en la que los novios colocan un candado y una cadena en el tercer farol del lado norte del puente Milvio (Roma), y después de cerrar el candado tiran la llave al río Tíbet. 
Tras esta novela nace el mito en muchos puentes de miles de sitios, traspasado a escaleras, farolas, dónde los enamorados dejan sus candados. Normalmente en el candado se escribe una frase de amor: "amor eterno", "siempre juntos" o los nombres o iniciales de la pareja. Con este gesto, se quiere dejar constancia ese amor que durará por siempre, de ahí que se cierre el candado y se tire la llave al río, es una metáfora de la ETERNIDAD.
En España, se pueden ver estos candados en multitud de sitios como: Orense, BENIDORM, Sevilla... 
Yo tengo el mío, y tu? ;)

viernes, 26 de abril de 2013

Carta de primavera.

Cada vez que nos encontramos como dos animales, nace un sueño que soy incapaz de rastrear.
La inspiración vuelve, pero tú eres más veloz que el resto del ciento volando.
Con el tiempo he conseguido amontonar granos de arena y convertirlos más tarde en montañas de rencor.
Llegamos al bar a la vez pero siempre abandona uno antes.
Sinceramente, ya no hay forma de diferenciar el dolor de ciertas discografías, no tengo canción. Tú eres mi nostalgia favorita.
Podría empezar desde el principio, pero no. Desde la sinceridad.
Ojalá no dar nada por sobreentendido. Ojalá haya respuestas. Ojalá lo de pasar página. Ojalá.
Pasar página, que en realidad es continuar escribiendo pero sin hacerlo encima. Estuve pensando y los árboles se hicieron libros. Ahora no sé en qué bosque nos besarán las flores los pies.
Soy un borrón de tinta, en esa novela que escribimos para tener algo tras lo que puedas esconderte cuando quieras volver a verme.

Cómo pasar página si ocupas siete.

Que te quiero no es novedad. Deseo más bien, pero no te tienes en pie conmigo. Desinterés supongo. Y ya no hablemos de cómo vas a apoyarte en mí si siempre estoy a punto de caerme.
Te cumples cada vez que pido un deseo. Pero. La lámpara desaparece y me quedo insegura, a oscuras en un bosque de árboles, que después serán libros llenos de frases escritas por otras manos a las que les dedicaré otros libros que seguirán hablando de ti.
Y tú tan indiferente, paseando por los sueños de cualquiera, te despides de tal compostura que dan ganas de borrar todo.
Por si tu aun no lo sabes, no se si podré quedarme, aunque tu tampoco me lo pides.
Solo hay un paso.
El que tu estés dispuesto a dar.

viernes, 4 de enero de 2013

Que nos una una vida y no nos ate un recuerdo.

Ya no hay esposas ni cadenas que valgan. Seamos honestos pero de verdad, sin corsés ni riendas a las que atarse, moviéndonos con miedo a la libertad, temiendo a los contenedores, los descampados, y los vertederos. Entre basuras el juego no es tan bonito pero es más real, ¿no? El valor de la saliva deambula afligido. Podríamos echarle azufre a esta desidia de nausea, meter las manos en los bolsillos. Olvidar. Pero en cambio nos encantan las agujas de la nostalgia, hacernos daño como un recuerdo de taladros, la sangre que gotea mientras tú te chupas los dedos. En el tira y afloja de los sentimientos la risa fértil crece con el dolor y la insensibilidad como fuente de abono. Y hay un cielo en cada pozo sin fondo. Y mentiras que reivindican la verdad cuando te miro a los ojos y no hay respuesta. Y las dudas, que mi mirada está limpia porque detrás hay un manantial de lágrimas por donde se desangra tu tristeza. Exactamente, qué es lo que vendes tras ese sonido en pausa, qué quieres si lo bonito de la historia es simplemente que sucede y nos cambia. Que somos el fantasma de las navidades pasadas, su juguete roto, su fiesta de bebidas vacías en nuestras excusas. Y tapamos la fecha de caducidad, escondiéndonos debajo de la cama, que las cortinas oculten ese paisaje de abismos en donde no te suicidarías, mucho menos conmigo. El orgullo no nos podará las espinas. Y esa vida en resumen, ese trailer de cosas por el que deberíamos apostar, ese esquema de revolución sin heridas ni ruido me sabe a cero y de nada, ya me hace temblar de conformismo, me obliga a desplegar estas alas a cualquier otra parte para no permanecer aquí.

martes, 1 de enero de 2013

Querido 2012:

Gracias por hacerme tan fuerte como un cristal roto imposible de romperse más, y por demostrarme que en la sutileza de las caricias existe una pequeña indestructivilidad dispuesta a quedarse para hacerte lesión cuando vengan sus ausencias, y gracias por la fécula amarga del corazón, por reencontrarme conmigo misma en toda mi irracionalidad, por aquel invierno nublado donde el sudor solo fue frío y sin pretexto, por las canciones, muchísimo más allá de la cocaína y todas sus mierdas parecidas.
Gracias por devolverme el séptimo arte cuando lo tenía abatido y llorando olvidos en mi esquina de sueños pasados.
Gracias por esa revolución oscura de almas brillantes, por hacernos caer tan bajo que ya solo podamos subir, por el reto de cimas imposibles que nos has planteado: será leña en el fuego de las hogueras que calentarán nuestras manos en todos los inviernos que nos impongan.
Gracias por el dolor. Por haberme hecho tragármelo. Por haberme obligado a digerir derrotas, decepciones e imposibilidades. Por el escozor de heridas incompletas con que llené el vertedero antes de sacar la basura.
Gracias por el amor. Por saber que he querido. Que todavía lo hago. Que nadie podrá impedírmelo jamás. Amar. Solo yo. Y no pienso ser ya más mi rival ni mi enemigo. Todo eso se acabó.
Por lo demás, en lo que a mí respecta, te puedes ir a la puta mierda, maldito 2012.