Seguidores

martes, 29 de abril de 2014

Destino sin rumbo.

Después de un tiempo...

- Hola, ¿Qué tal? ¿Cómo te va?

+ Bien, bueno, como siempre. (Como siempre qué asco. Yo me levantaría la piel con las uñas si escuchase un como siempre. Qué terror que no pase nada mientras no dejan de pasar cosas. Que cambie todo sin cambiar nada. Como siempre de mal).

Llegó ese día. Por fin lo entiendes. Te ha costado verlo, porque todo viene de dentro y no de fuera. Lo tenias claro pero sin asumirlo. Un grave error. Siempre culpabas al problema porque no respondías tú, no era tuyo.

Pero ya no lo ignoras.

Un constante punto y seguido con algún punto y aparte que volvía a ser seguido y así. Continuaba fallando o faltando algo. Entonces fue cuando comprendiste todo.
No puedes encontrar el valor en un número, en una constante casualidad, en un destino sin rumbo. La importancia está en lo que responde eso, lo que hay detrás.
Una idea descaminada.
Un persistente punto en todas sus formas de seguir.
Para acabar con el problema, tan solo tienes que aplicar ese punto con exclusión, omisión, por separado. En un nuevo comienzo, en una nueva trayectoria. Nuevo folio.