Seguidores

sábado, 18 de febrero de 2012

Si quieres conocerte, observa a los demás.


Muchas veces nos comportamos como analfabetos emocionales cuando se trata de entender las motivaciones ajenas. Imaginamos que lo que impulsa a la gente hacia algo tiene una causa concreta, cuando en realidad la motivación es completamente diferente. Los sentimientos se nos escapan y hay que tener mucha sensibilidad para descubrir en mitad de la característica y agradable sonrisa que nos saluda, un trasfondo de penas y sufrimiento. Nos olvidamos que esa forma de actuar es también la nuestra y que los demás no son diferentes. ¿Qué ocurre?, nos preguntan. Nada, respondemos. Y se añade a modo de reto: ¿es que me tendría que pasar algo? Pues la mayor parte de las veces sí que pasa y descargar el corazón, ayuda. Escuchar es el camino para comprender. Y no se trata de alquilar tus orejas, sino de poner el corazón en la escucha, dando importancia a lo que a la otra parte si que le parece importante aunque a nosotros nos resulte infantil, ingenuo o inocente. Evitando juzgar y reprochar, porque la gente ya es suficientemente inteligente como para que alguien le venga con el conocido: "Parece mentira que no te dieras cuenta". Que si, que la gente se da cuenta sin que nadie se lo tenga que recriminar después...

No hay comentarios:

Publicar un comentario