Seguidores

viernes, 15 de abril de 2011

Tu carácter, traza tu destino.


El carácter se define formalmente como el conjunto de reacciones y hábitos de comportamiento que se han adquirido durante la vida y que dan especificidad al modo de ser individual.
En el lenguaje coloquial, ya sabemos que no siempre preciso y muchas veces falaz, señala que una persona que “tiene carácter”, generalmente es porque posee un "mal carácter", sin matizar que una cuestión es disponer de una personalidad definida y un sólido temperamento y otra simplemente ser desagradable y maleducado.
La desconsideración y la pérdida del control en las situaciones de presión, son síntomas de una naturaleza desequilibrada cuyo efecto sobre los demás suele ser la generación de una tensa y permanente angustia alrededor.
Tener carácter es ser consecuente con nuestras ideas, principios y valores y estar dispuestos a defenderlas con interés, pero con respeto, teniendo claro que nunca hay razones absolutas y, si acaso, sólo argumentos propios discutibles. Las ideas no se imponen, y menos con agresividad y violencia verbal; las ideas se exponen.
Tener carácter es ser capaz de responder a los enigmas, misterios y problemas que la vida trae consigo a cada paso, recurriendo a lo que ya hemos aprendido y estando dispuestos a aprender lo que aún nos falta. Es también controlar los impulsos, dominarse a sí mismo y no ceder a la corriente imperante cuando nuestras convicciones son firmes.

Tener carácter es no temer equivocarse, porque el error forma parte del aprendizaje y, por supuesto, no preservarse en los demás para tomar una decisión que debe ser propia, es decir, adoptar individualmente las decisiones que afecten a nuestra vida y ser responsables del resultado de las mismas sea este el que sea.
Y en definitiva, tener carácter es no desmoronarse en las situaciones más adversas, porque manteniéndose firme y confiado se sale de ellas; algo imposible si nos entregamos a la desesperación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario