Seguidores

viernes, 15 de abril de 2011

La única cosa casi segura, es que ese día llegará.

Cuando la espera para que cambie una situación adversa se prolonga y recobra tintes de eterna, es normal que perdamos la fe y que tengamos, además, el legítimo derecho a ello. Somos ídolos en potencia que, a medida que el tiempo va desgastando nuestros sueños, tendemos a venirnos abajo sin solución y hay que estar muy convencido y, sobre todo, disponer de una esperanza sin fisuras, para no someterse ante el desaliento.
Esperanza no es fingir que no existen los problemas, pero sí que estos tendrán fin. Es la confianza de saber que las dificultades no son perpetuas, que las heridas curarán, y que la adversidad se acabará superando. Es también quizá lo único que nos puede mantener en pie, cuando estamos desesperados.
La esperanza es el sentimiento que te hace sentir que lo que tienes no es permanente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario